mensaje de acogida



Te invito al país de Franklin Bordas, territorio del

pensamiento con alas.





jueves, 22 de febrero de 2018


Que me castigue el cielo si solo sueño

No es que huimos de ti patria mía,
huimos de nosotros mismos/
¡Basta de ser soldados
mirando lejos!,
Ya antiguas hazañas nos dicen que hacer
bajo este cielo 
que como lápida amenaza.
Lágrimas al firmamento
ya no,
son tiempos de ira,
¿No es la ira la más potente manifestación del amor?
¿No daríamos la vida por ti?
Una gota roja y más para tus fundamentos
demolidos,
para levantar tus huesos secos.
Decir solo “te amo” es inútil,
sin batallas no hay vencedores.
Ahora ¡grilletes al aire!
La historia se alista para extinguir
almas osadas
y andróminas de espíritus oscuros.
El arca rescatada es júbilo
¡Oh patria que me castigue el cielo si solo sueño!


Juicio de corazones

 Esperamos un juez algún día,
que juzgue a los jueces
que negociaron los juicios/
que haga de la justicia un sol resplandeciente/
y que cada agraviado
reciba el regalo de una paz inesperada
y agonizante.
Que transforme el sufrimiento en ríos de alegría,
álguien que junte la justicia a la ley
y borre la ley que fabricó justicia para los
poderosos.
Esperamos un tiempo de restitución perfecta
que desatará los más intrincados nudos
en medio de algarabía y lágrimas de júbilo.
La espera de un día grande continúa siempre,
en el que el juez será la ley misma
y el juicio tendrá por testigo
el corazón de cada quien.



Sonata de la Aurora

¡Bienvenido sol! has arreglado mi amanecer

como una fiesta.
Has puesto alto al ayer que me entumía
y al tedio con su eterna borrachera de recuerdos.
Agradecido, empezamos juntos otra vez.
El día se abre como una sonrisa.
y el cielo y su infinito
me advierte la necesidad de crecer
para alcanzarlo.
Hay brisa que toca mis sentidos
Y ya no sé si yo estoy arreglando mi mundo
O el se está arreglando para mi.
Los pájaros amanesqueros y necios
hacen cabriolas en el aire
y en las verdes ramas
barullos de gorjeos incesantes
anuncian la vida como si esta fuera música sempiterna.
Los colores visten mi alma de alegría
¿Cómo no soñar otra vez?
Otra vez el tiempo hace una marca
que debo recordar
el sol, la luz, los pájaros, los colores
y tú que te levantas y me envuelves en tus brazos
recordándome
lo valioso de sentir
de luchar
de experimentarlo todo
como si siempre fuera una primera vez.