Poesía
El presente poema rinde
homenaje a una pareja que se enamoró (1937) y se casó, en contra de todos los
convencionalismos de la época. Ella, -Wallis, norteamericana, y el, -príncipe
Eduardo, duque de Windsor-, Gran Bretaña. El deseo del rey de contraer nupcias con una
mujer con dos ex maridos vivos, provocó una crisis constitucional en el Reino Unido y sus dominios, que finalmente condujo a su abdicación en diciembre de 1936, para casarse, según
sus propias palabras, con «la mujer que amo».
La
reina Wallis Simpson
¿Qué hombre no considera su mayor gloria a una mujer?
Sin importar la política: Wallis es la reina.
Es la reina de un país mayor que el Reino Unido
o el imperio de la India.
Así de claro, para los que dudan.
Su conquista está en el corazón del rey,
que pierde la paz apenas se distancia de ella.
Ella es su paz.
-Me has cambiado la vida-
le dice con no cierta tristeza el duque de Windsor.
-He abdicado por ti-
El ex monarca parece decir: -Puedo renunciar a toda grandeza por ti-
¿Para que el poder, la majestad y la gloria sin tenerte?
El rey Eduardo Vlll, el mismo nacido en cuna de oro
El mismo príncipe Eduardo de York, duque de Cornualles y Rothesay
y príncipe de Gales,
a quien la muerte no parece alterarle el entrecejo,
sentía morirse de solo pensar
que Wallis pudiera abandonarlo.
-Es un traidor- dijo el premier.
En realidad el primer ministro no entendía
que la pasión por una mujer
apaga la razón hasta la terquedad.
Eso lo supo Marco Antonio en aquel barco en Tarso
cuando olvidó asuntos de estado por amor.
Lo vivió David cuando vió a Betsabé desde la terraza real
y el sitio a Rabá dejó de importarle.
Igual que Fu Chai rey de Wu cuando vió por primera vez a Xi Shi
y su corazón dejó de guerrear.
Es que los hombres olvidamos las guerras frente
al amor de una mujer.
Y eso parecía ignorarlo el premier británico
Stanley Baldwin,
cuando le exigía al rey Eduardo
abandonar a Wallis,
-la mujer sin la cual desfallecería-.
Dicen que en Bessie o simplemente Wallis reencarnó
Afrodita.
¿Y quién puede escapar a la diosa del amor cuando
ella se fija en ti?
-No debes abdicar por mi- le dijo ella
decidida a soltarlo por amor,
pero él estaba decidido a perder reino, imperios y
dominios
por ella,
y aun no sabía por qué la amaba más que al país,
más que a su vida.
-No abandones la corona- dijo Wallis al monarca con
decisión,
-puedo desaparecer de tu vida- le decía, -sin dejar
de amarte.
Pero entre la corona y la mujer,
Eligió el a la mujer y no al país.
Es que el país jamás podrá tener la seducción de
una mujer.
¿Qué hombre no considera su mayor gloria a una mujer?
Y abdicó,
pero no perdió su reina.