mensaje de acogida



Te invito al país de Franklin Bordas, territorio del

pensamiento con alas.





domingo, 15 de septiembre de 2013

LA LOCURA O EL TORMENTO DE LLAMARSE NADA



Yo, el loco (Floración Canicular, poesía Atlántica y pacifica 2001)
 A Bernardo, mi amigo loco, se ignora si por causa del LSD o por decisión propia.

-Heme aquí: el loco.
Un disertador de las sombras,
álguien que tuvo tiempo alguna vez
que ya nadie recuerda.
Vivo sin el dilema del anochecer y del amanecer
que a otros preocupa, alegra o desencanta.
Las suaves palabras que quisiera
restallan en la garganta cual alaridos.
Gruñendo escupo odio
y pataleo amenazante para ahuyentar
la piedad de las miradas.
Andrajoso y maloliente,
soy el loco!
Extiendo la mano en silencio
y recibo migajas a desgano,
aunque como los perros
viendo a los ojos con un fondo tierno
agradezco.
Pretendiendo ser multitud a veces
hablo y gesticulo al vacío en lenguas
que nadie descifra,
y vivo mi muerte dirían muchos
por la ausencia de reglas y repulsión
a mis actos.
Pero soy loco feliz!
¡soy tan feliz!...
que por nada de este mundo
negociaría el presente.


­­­2001 Managua Nicaragua

viernes, 13 de septiembre de 2013

De votos y botadas

No hay por quien botar
A quien botar
Los botadores están llenos
Saturados de tanto botar
Todos botan y botan

Y votan y votan los botados.




EPIGRAMA



Estoy jodido
mis glándulas suprarrenales
estallan como un volcán
destilando adrenalina,
con solo el zumbido de un simple
zancudo...
cuya fotografía
cuelga el diario de hoy.

sábado, 25 de mayo de 2013


O mors salutationes
J.Valdivia A. in memoriam

Oh Caronte rema despacio
que aun no estoy listo para pasar el rio.
Toma mi óbolo y detente
espérame hasta el próximo invierno-
Regresa del lado de los que me aman que aun lloran.
Ellos tampoco aceptan despedidas,
Igual que Morfeo retador del destino
tras su amada Euridice
haciendo lo imposible para traerla.
Asi es siempre.
El que se marcha acepta mejor el momento
¿como es que el que se va puede llevarse a los demás
mientras los demás se quedan solos?
Oh Caronte regresa mi sombra triste que se resiste
a cruzar el rio de los recuerdos,
al menos déjame hundir los dedos en las heladas
aguas del Aqueronte
para sentir por última vez
lo que sienten los quedaron del otro lado
del rio.

Mayo 2013

sábado, 4 de mayo de 2013

Cultura

Episteme

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Por: Franklin Bordas



Un homenaje a los que desde el otro lado del mundo claman por
justicia. —Sabemos que allí están todos los desaparecidos en Corea
del Norte—.

Tu luna roja arriba
Oh Monte Paektu-san con este cielo partido de lazos
grisáceos y claroscuros
parece marcar el final de muchos secretos.
Una señal fantasmagórica y triste,
desde el fondo de esa adorada montaña,
y a lo largo del imponente río amarillo,
avanza en el lento y cansado corcel
de los tiempos.
Murmullos...…
en el viento sibilante,
buscando oídos,
buscando corazones.
¿Quién manda mensajes desde las montañas congeladas
de Yodok?
Desde el otro lado del mundo vienen quejidos desgarradores
torrentes de lágrimas traen los vientos como una denuncia
¿es preciso arrancarles la piel y dar los ojos a las ratas
cuando ya los recuerdos solo parecen estrellas pálidas
a punto de apagarse?
Capas y capas de dolor superpuestos uno tras otro, día tras día...
…hasta no dejar nada.
Pero ellos insisten en volar
¿Quién puede cercenar esas alas
si con solo cerrar los ojos se desplegan colosales y mágicas?
El devorador no puede ver que sonríes en la libertad de los sueños.
No puede matar tu alegría cuando ni siquiera imagina
que te encuentras con los tuyos
venciendo el cautiverio, las cadenas, las murallas y las distancias.
¿Cómo es que alguien puede enterrar la compasión
con tantos cerrojos como si nunca
la hubiera tenido?
Aquí descubrimos que los animales de las montañas
son mejores que muchos hombres.
Los animales son mejores que los cancerberos del campo 15.
Desde el fondo de Paektu-san,
spíritus nos llaman con palabras inefables
una suave lluvia de murmullos lastimeros
cabalga en la inexactitud de aquellas búsquedas sin rostro
el dolor puede oírse
y nos identifica: —ellos somos nosotros.
Millares de mensajes nos vienen
desde las montañas congeladas de Yodok
donde el ojo de Dios observa
alistando al arcángel exterminador.

sábado, 13 de abril de 2013



PATMOS, VENTANA CELESTE, Poesia (La Prensa 13 Abril 2013)

¿Cómo puede alguien mirar el mar y las gaviotas revolotear con el viento
y hasta percibir el toque de una fresca brisa en el rostro
desde un lugar donde ha desaparecido el horizonte?
-Dicen que Juan.
Mientras otros maldecían cuando rayaban sus nombres
en los muros de la desesperanza,
el trataba de escuchar en medio de oscuras y enormes paredes.
Y sus oídos tensos como cuerdas de guitarra,
recibían los aullidos del viento.
Las notas de la noche,
se hacían canción de tanto querer oír cosas bonitas.
De la obsesión de no estar solo,
notó que las palabras le hacían compañía.
Si, porque la soledad que suele matar el asombro
tiene el poder de escuchar
el silencio.
Juan estaba en Patmos,
de esos lugares especiales para olvidar
lo que mas se quiere.
Pero él en vez de olvidar
pudo recordar hasta lo que no sabía.
En esa isla sacrificial,
donde los pájaros pasaban de largo,
dicen que habló Dios.
Desde una grieta en la roca oía la voz.
Y casi se asfixiaba buscando el rostro
de tan dulces palabras.
Pero la voz era tan suficiente como el maná,
cuando la gente tenía hambre del cielo.
Dulce, sereno pero a la vez enérgico
escuchó Juan.
Los oídos pegados a esa grieta
Como si fuera el mismo cielo
reverente, anhelante.
Concentrado en cada palabra,
que brotaba como agua viva.
Juan escribió,
mientras transcurrían días y noches como años,
y la luz del amanecer y la tela de la noche caían
y caían
despreciando el descanso.
Y oyó Juan en Patmos lo que quizás decidió no decirnos nunca.
solo sabemos,
que los ángeles vendrán un día ya no de fiesta,
sino de luto.

jueves, 28 de marzo de 2013

Noúmeno    ...lo transinteligible Kantiano,
La revolución nació con el dictador.
El dictador nació con la revolución.
Los revolucionaron dieron muerte al dictador.
Los revolucionarios dieron vida al dictador.
La dictadura, la revolución y los revolucionarios
dieron  vida y muerte.
Los que murieron por la revolución viven
Y los que viven de la revolución murieron.

miércoles, 20 de marzo de 2013


Intrusos en el arca
-A Ivonia, para quien la vida es la gente-.

Somos navegantes sudorosos,
desautorizados e intrepidos,
que inadvertidos peregrinamos
en esa nave llamada mundo,
silentes,
y taciturnos.
Dos intrusos ocultos en la niebla.
Dos figuras borrosas
aunque resueltas
y hasta peligrosas.
Somos de miradas furtivas
y apariencia común
de los que muchos podrían dudar
pero también de los que cumplen promesas.
Nuestro descanso son las palabras,
que compartimos
y refrescan como un oasis.
Somos navegantes para quienes la vida
es como un ancla mágica,
que nos sujeta a miríadas de manos,
caminando en círculos
que poco a poco va ascendiendo
a un lugar llamado Esperanza.
Algunos no lo saben,
pero van de tu mano confiados.
Van entrando al arca,
algunos de dos,
otros de uno en uno.
Y nosotros, -vos y yo-
Intrusos ocultos en la niebla,
extendemos la mano que solo ven,
-sin rostro, sin compromiso-
Manos que te toman
Que te empujan
Que te ayudan a subir
Al arca de la vida verdadera
Que moviéndose casi imperceptible
sin apenas notarse.
Te va llevando con júbilo al lugar
donde perteneces.




Los ojos de ella

A mi madre, Nora Lowery

Los ojos de mi madre son café miel.
Un color dulce,
Como dulce es su amor.
Me mira,
 y su mirada entra como un profundo rayo
que me estremece
e ilumina.
Claros como un cielo sin manchas de invierno,
son sus ojos.
Ya quisiera la diosa Hera,
que los ojos de Argos, -ese centinela incansable-,
tuviera los ojos de ella.
Porque los ojos de mi madre
Además de mirar, hablan.
Alientan.
Comunican fe,
de una manera muy especial.
Hubo tiempos que otros ojos impresionaron
A muchos.
Horus, -ese dios celeste y antiguo-,
cuyos ojos dicen era el sol y la luna.
Que va!
Es que la mirada de mi madre desviste,
y se cuela como un aire tibio y tierno
dentro de ti.
El secreto de sus ojos
Como los del Maestro mirando a
Juan “el amado”,
descansa en el corazón,
-son miradas como un testamento
para siempre-.
Las miradas parecen conducir la historia del universo
Helena y Paris se fundieron
con solo verse la primera vez.
Y otros mirándose han entendido
su destino.
Los ojos de mi madre
son mi mayor y más preciado legado.
Café miel, color dulce
-como dulce su amor-
así son los ojos de mi madre.
Los ojos de ella,
me enseñaron a mirar con el corazón.
Y cuando los ojos del corazón miran
todo queda al descubierto.
¡Qué maravillosos ojos y sabia mirada
tiene mi madre!


Managua Nicaragua 2013



viernes, 8 de febrero de 2013

La inadvertida tiranía de la carne
Nos han dicho siempre que nuestra carne es débil.
pero no lo creemos.
Nuestra carne,
-esa masa de tejido rojo carmín,
camina con todo su peso
como si nada mas existiera.
Parece estarnos contando otra historia siempre.
Quién o que nos engaña?
Las ideas parecen estar disociadas
de la carne,
porque ellas parecen querer,
muchas veces lo que la carne no quiere.
O al revés.
La carne se rebela y esclaviza las ideas,
a algo.
O a alguien.
Entonces parece que muchos despeñaderos aguardan,
que el cielo cae sobre ti tronando
con sonidos aterradores,
y caminas entre neblina esponjosa tropezando
de manera inaceptable,
casi sintiendo estrangularte al otro tirano de la voluntad o
la involuntad.
Pero…¿es necesario que las ideas dominen la carne?
La lucha persiste.
Noches y noches las ideas tratando de ganar terreno
y la carne saltando de cama en cama,
de habitación en habitación resistiéndose,
resistiéndose.
El deseo de todo, es fuerte en ambos.
El pensamiento quiere.
La carne no.
La carne quiere,
Las ideas no.
-Nos reclaman que hay que pensar más-.
-Que la carne es torpe y disoluta-.
Ocurre que a las ideas les basta una hendija
para entrar:
Un poro como un átomo abierto y dispuesto,
o un nervio que las reciba.
Pero la carne tiene lo suyo:
El placer de tocar.
De ser tentado.
De vivir sin límites.
De gozar sin límites.
Y las ideas mueren entonces tristes y rabiosas
Como gaviotas sorprendidas
por intempestivas tormentas
que alcanzaron la playa
sin que una hoja fuera su cómplice.
Sin ninguna pista.
Ya en libertad la carne rebelde camina desbordada
y alegre,
muertas las ideas -su enemigo natural.
¡Viva la tiranía de la carne!