Ingrid ( LA PATRIA SOSPECHADA 2013, FRANKLIN BORDAS LOWERY)
(A Ingrid Betancour)
La princesa de la selva
llora amargamente.
¿Qué extraño sortilegio le habrán dado
que en vez de gozo por su libertad,
se lamenta?
¿Qué brebaje selvático le roba las ansias
de escapar a hombres y mujeres
que cuando libres,
rechazan abandonar las cadenas
y mas bien bendecir el rapto?
Ignoramos si lo que dicen algunos es cierto.
Que Priamo se llevó a Elena o al revés.
Lo cierto es que hay algo,
que hace que captores y víctimas
se esclavicen uno al otro.
¿No se supone que se debe odiar al raptor
que como presa te arrastra
hasta enjaularte con desprecio?
¿Por qué sera que los arrebatados de la vida
muchas veces en vez de suplicar
agradecen?
Aquí no es lo de Cólquida donde Medea
quiso aprisionar a Jasón, -aventurero de los mares-,
todo indica que es alreves:
Un hombre sediento frente a una mujer
en cautiverio,
que parece descontenta e incomoda
no con lo que tiene,
sino con lo que ha tenido.
Y el hombre pide agua,
como cualquier exhausto caminante
en el desierto,
y la mujer que debiera no oir,
como alegan muchos,
descubre su oasis,
donde el se reanima para seguir adelante.
Aunque sea siempre lo mismo:
Un camino en círculos,
buscando paliar una eterna sed,
interminable,
Ella allí encuentra algo inaceptable para muchos,
algo que buscaba sin realmente buscar.
Alli en las montañas al igual que los mares
hay magia y encanto.
¿Cómo imaginar que los aires cálidos y fastidiosos
con perfume de monte y de pájaros ruidosos
Y necios, serían la mejor trampa para el amor?
¿Que las murallas de montañas agrestes
encenderían un corazón cansado y anémico?
Es mentira que la montaña mata
de tristeza!
Mas bien los cerros verdes,
encienden viejos fuegos y olvidados sueños primaverales.
La princesa de la selva esta triste,
brisa del cielo llora dentro de un corazón
destrozado.
Triste con una amarga tristeza.
No la del cautiverio,
sino otra.
Nadie podría haber imaginado siquiera,
que Allá en lo profundo de la selva,
donde hasta los árboles parecen enemigos,
descubrirías la vida.
La princesa de la selva llora amargamente.
¿Qué extraño sortilegio le habrán dado
que en vez de gozo por su libertad,
Se lamenta?