mensaje de acogida



Te invito al país de Franklin Bordas, territorio del

pensamiento con alas.





jueves, 25 de octubre de 2012

Capitán con norte perdido
(Floracion Canicular, CNE 2001)

Deambulante por rutas ignotas
que hasta para los pajaros es desafío
te encuentras.
Irremisiblemente perdido,
- capitán de mil navios-.
Jugando con las corrientes
como juegan los niños en las quebradas,
olvidando acantilados,
y peligrosos escollos que amenazan romper
el navío en parpadeo.
Perdido el astrolabio,
 no puedes leer a los astros refulgentes,
y en la bitácora solo rayas disimulos.
Hay sospechas de norte perdido.
La tripulación vive siglos insoportables
Y huele a motín sin que lo notes.
Solo es océano a lontananza.
-Un horizonte que es una raya azul-.
No pierdas tiempo capitán descarriado.
Deja el anís y el vino añejo,
Ya no busques en las estrellas
No busques brújula en los pájaros
ni en los peces que nos salpica,
Capitán no te pierdas en duermevela
buscando el norte,
Miralo!, esta dentro de nosotros mismos.


Debiera ser la Muerte como un Angel rosa (1998)

Debiera ser colorida como el arcoiris la muerte.
Cual velos multicolores flotando al aire
Con desenfado.
-¡Renacimiento!- preferiría llamarla.
En vez de gélida y siniestra,
que fuera tibia y alegre.
Presentarse sonriente e invitante
al dintel de la puerta,
y desde ella con simpatía,
-los ojos tipicamente cargados de cariño,
a modo casi de declaración
te invitara a salir.
Dirías: -esa es la muerte de mi preferencia-,
o, -mi muerte preferida-,
y no le tendrías miedo.
¿Quién diría miedo?
Tan llamativa,
Bieneducada y amorosa!...
Claro, así como el nacimiento es
un angel rosa,
que te invita tocándote como pétalo el alma,
o como el amor,
que te transporta a un paraíso indecible,
aprisionándote voluntariamente,
-y del que no quisieras nunca liberación-,
asi que fuera la muerte quisieras.
Claro. -quién nó-.
Nadie quiere a su muerte
Con arterias de fosforo iluminando
fantasmagoricamente las sombras.
Sin ojos.
La guadaña que amenaza decapitarte
si te resistes,
que toca a la la puerta intempestiva,
con furor desmedido,
hasta resquebrajar las aldabas.
No!..,nadie quiere una muerte así.
Tenebrosa y patética!
Preferiría una dulce invitación telefónica,
y…¿Por qué no decirlo?,
quizás hasta una carta perfumada
y misteriosa.
Talvez un vino a media luz,
Y ella que se aparece sugestiva,
Y casi a ruego,
flotando como en una nube,
te lleva de la mano,
desconociendo hacia donde,
ni cuando es tu día,
ni tu hora.
Pero esa muerte definitivamente
y sin dudarlo,
la aceptas como tu muerte preferida!

miércoles, 24 de octubre de 2012

GOZO DEL SILENCIO
(Del poemario Floracion Canicular Poesia atlántica y Pacifica, 2001)


Quisiesemos usar las palabras como armas.
A veces deseariamos utilizar el pensamiento,
la idea, como una forma agresiva y neutralizante,
digo, -las palabras y las ideas-
...pero no solo,
también la expresión,
los ojos que fulminen,
-un entrecejo avasallante-,
armas que no sean las uñas ni los puños,
ni los dientes,
sino la risa,
pero...ni la risa completa,
solo la sonrisa y ese aire de triunfo,
no decir nada,
poner de por medio un silencio amenazante,
ni una palabra,
solo lo que tu imaginas que te estoy diciendo,
que te estoy diciendo,
y sufras profundamente por querer oír,
saber de mi boca algo,
que intensamente para mi
es el mayor de los gozos.



Galatea, mujer de sueño (2001)
(a Ivonia)

No fuí yo el que te hizo.
El que dicen que te fue construyendo
hasta la forma de mirar.
El que pasó noches totales de encierro
Y de insomnio
golpeando el marfil
para que tus caderas encontraran
la simetría
y los angulos perfectos.
¡Oh Galatea, ingeniera del amor!
Jamás pude ser yo Pigmalión
tu constructor!
-Cuanta mítica equivocación-
Fuiste Tú, mujer maravillosa
mi forjadora,
que a punto de llanto y súplica,
me enseñaste la aritmética sencilla
de la ternura.
Y con ese lento tejer,
entre tus manos fuiste moldeándome,
deshaciendo como cortinas de brisa
la niebla guerrera de mi alma.
Inentendidos aseveran que Afrodita
puso el rubor en tus mejillas,
pero las puso en las  mias!
Y fueron tus manos revolviendo
lentamente los duros trocitos
de un corazon de obsidiana,
han puesto en su lugar,
la esperanza.
Que ni afrodita ni el Olimpo completo
Ni nadie jamas pudo darme.
Que saben ellos, Gerardo!
(A mi entrañable amigo y poeta Gerardo Hogdson, que ya no vive entre nosotros, Waspam 1976)

En Saulala Sirpi las niñas no sueñan,
¿Cómo pedir que sueñen
si tienen que trabajar para comer?
¿a quienes se les permite soñar?
¿acaso hay que pedir licencia para vivir
Como niño?
¿Qué saben ellos? , -dijiste-
Que saben ellos?
¿nadie les ha dicho que ya no deben morir
Como antes..?
Saulala Sirpi no existe.
Sus fantasmas solo ven pasar
el tiempo.
Bien has dicho Gerardo ¿Qué saben ellos?
Oficialmente Saulala Sirpi recobra vida
-efímera- durante las contiendas politicas.
Los Misquitos y su cementerio
de sueños,
no esperan nada.
Bien has dicho Gerardo
¿Como saber de vida
en el infierno…?.


Me llaman Evidencia (Poesia Atlántica y pacífica 2001)

Me llaman evidencia.
Mientras unos me clausuran
Y tratan de ocultarme en lo mas
recóndito de sus memorias,
otros me buscan afanosamente.
Mientras los eruditos del enmascaramiento
me disfrazan
y van borrando con la prolijidad de una araña
las pistas,
otros las van desmadejando con titánica maestría.
Yo Evidencia, soy invencible!!
Los mas connotados encubridores
me ahogan con toneladas
de historia,
pero yo resurjo inexorablemente.
Y cada vez que asomo,
soy un juez implacable y terrible
para unos,
mientras para otros,
soy un sol radiante y mañanero.