mensaje de acogida



Te invito al país de Franklin Bordas, territorio del

pensamiento con alas.





sábado, 22 de septiembre de 2012

Ingrid  ( LA PATRIA SOSPECHADA 2013, FRANKLIN BORDAS LOWERY)
(A Ingrid Betancour)

La princesa de la selva
llora amargamente.
¿Qué extraño sortilegio le habrán dado
que en vez de gozo por su libertad,
se lamenta?
¿Qué brebaje selvático le roba las ansias
de escapar a hombres y mujeres
que cuando libres,
rechazan abandonar las cadenas
y mas bien bendecir el rapto?

Ignoramos si lo que dicen algunos es cierto.
Que Priamo se llevó a Elena o al revés.
Lo cierto es que hay algo,
que hace que captores y víctimas
se esclavicen uno al otro.

¿No se supone que se debe odiar al raptor
que como presa te arrastra
hasta enjaularte con desprecio?
¿Por qué sera que los arrebatados de la vida
 muchas veces en  vez de suplicar
agradecen?

Aquí no es lo de Cólquida donde Medea
quiso aprisionar a Jasón, -aventurero de los mares-,
todo indica que es alreves:
Un hombre sediento frente a una mujer
en cautiverio,
que parece descontenta e incomoda
no con lo que tiene,
sino con lo que ha tenido.
Y el hombre pide agua,  
como cualquier exhausto caminante
en el desierto,
y la mujer que debiera no oir,
como alegan muchos,
descubre su oasis,
donde el se reanima para seguir adelante.

Aunque sea siempre lo mismo:
Un camino en círculos,
buscando paliar una eterna sed,
interminable,
Ella allí encuentra algo inaceptable para muchos,
algo que buscaba sin realmente buscar.

Alli en las montañas al igual que los mares
hay magia y encanto.
¿Cómo imaginar que los aires cálidos y fastidiosos
con perfume de monte y de pájaros ruidosos
Y necios, serían la mejor trampa para el amor?
¿Que las murallas de montañas agrestes
encenderían un corazón cansado y anémico?

Es mentira que la montaña mata
de tristeza!
Mas bien los cerros verdes,
encienden viejos fuegos y olvidados sueños primaverales.

La princesa de la selva esta triste,
brisa del cielo llora dentro de un corazón
destrozado.
Triste con una amarga tristeza.
No la del cautiverio,
sino otra.
Nadie podría haber imaginado siquiera,
que Allá en lo profundo de la selva,
donde hasta los árboles parecen enemigos,
descubrirías la vida.
La princesa de la selva llora amargamente.
¿Qué extraño sortilegio le habrán dado
que en vez de gozo por su libertad,
Se lamenta?
Ingrid  ( LA PATRIA SOSPECHADA 2013, FRANKLIN BORDAS LOWERY)
(A Ingrid Betancour)

La princesa de la selva
llora amargamente.
¿Qué extraño sortilegio le habrán dado
que en vez de gozo por su libertad,
se lamenta?
¿Qué brebaje selvático le roba las ansias
de escapar a hombres y mujeres
que cuando libres,
rechazan abandonar las cadenas
y mas bien bendecir el rapto?

Ignoramos si lo que dicen algunos es cierto.
Que Priamo se llevó a Elena o al revés.
Lo cierto es que hay algo,
que hace que captores y víctimas
se esclavicen uno al otro.

¿No se supone que se debe odiar al raptor
que como presa te arrastra
hasta enjaularte con desprecio?
¿Por qué sera que los arrebatados de la vida
 muchas veces en  vez de suplicar
agradecen?

Aquí no es lo de Cólquida donde Medea
quiso aprisionar a Jasón, -aventurero de los mares-,
todo indica que es alreves:
Un hombre sediento frente a una mujer
en cautiverio,
que parece descontenta e incomoda
no con lo que tiene,
sino con lo que ha tenido.
Y el hombre pide agua,  
como cualquier exhausto caminante
en el desierto,
y la mujer que debiera no oir,
como alegan muchos,
descubre su oasis,
donde el se reanima para seguir adelante.

Aunque sea siempre lo mismo:
Un camino en círculos,
buscando paliar una eterna sed,
interminable,
Ella allí encuentra algo inaceptable para muchos,
algo que buscaba sin realmente buscar.

Alli en las montañas al igual que los mares
hay magia y encanto.
¿Cómo imaginar que los aires cálidos y fastidiosos
con perfume de monte y de pájaros ruidosos
Y necios, serían la mejor trampa para el amor?
¿Que las murallas de montañas agrestes
encenderían un corazón cansado y anémico?

Es mentira que la montaña mata
de tristeza!
Mas bien los cerros verdes,
encienden viejos fuegos y olvidados sueños primaverales.

La princesa de la selva esta triste,
brisa del cielo llora dentro de un corazón
destrozado.
Triste con una amarga tristeza.
No la del cautiverio,
sino otra.
 
Nadie podría haber imaginado siquiera,
que Allá en lo profundo de la selva,
donde hasta los árboles parecen enemigos,
descubrirías la vida.
 
La princesa de la selva llora amargamente.
¿Qué extraño sortilegio le habrán dado
que en vez de gozo por su libertad,
Se lamenta?

viernes, 21 de septiembre de 2012

Memoria  de Atlantis (poesia)

Parecemos haber nacido
en un tiempo incomprensible.
Época en que la frontera de de los siglos
enseñaban rebeliones.
Los dioses fueron músicos,
exigentes de culto,
donde el incienso y la marihuana invitaban
a inmolarse en aras de cualquier cosa.
El rock fue música sacra,
Moviendo las almas
hasta el éxtasis,
en el tabernáculo de la inercia,
de un cielo proclamado por ley.
Es decir: pertenecemos a un momento
en que las razas por alguna razón
alteran el destino,
y detienen el tiempo, - no para pensar-
sino para volar.
Nací en un lugar como la ciudad perdida de Magdalena,
con el corazón de  gitano.
Atrapado por aires de éxodo.
Pero un día esa mi ciudad,
como nave peregrina partió al silencio
de los desterrados.
Ese lugar del que se habla,
pero se desconoce.
Solemos comunicarnos  ahora
como a años luz de distancia.
Alguien suelta un recuerdo
en algún punto cósmico,
que da vueltas al planeta en la ionosfera.
Y los habitantes de esa que era mi ciudad,
 se reúnen en torno al recuerdo como
en una antigua fogata,
que al crepitar de la memoria
hace saltar siluetas alargadas y tristes
de nuestros viejos fantasmas.



INVERNALIA ( poesía  La Prensa, Julio 2012)

Estamos en la ciudad del olvido.
el destino de los inconvenientes.
Un lugar donde ya no interesan los nombres,
ni el origen,
ni la fama.
Territorio cubierto de una tarde permanente y gris.
—Invernalia—, la ciudad del siempre invierno.
Un sol sin brillo toca apenas la piel
de los desterrados,
que caminan pesados,
lentos y tristes.
Como esclavos de fantasmas deambulan,
en túneles de sus propios recuerdos.
Invernalia: el destino de los sin destino.
El fin de los que están en el fin.
Ciudad de aquellos de quienes se ha dejado de hablar.
Aquellos, de quienes ya nada se espera.
Y Dios tira el maná del cielo como migajas,
para que ellos vivan.
Y Dios los encierra y pone cerrojos,
en los laberintos de cada quien.
Y viven felices en sus tardes donde apenas asoma,
el pedazo de nombre de alguien,
el canto de un pájaro que canta sin ser oído.
La ciudad de los inconvenientes.
Cada uno en su propia jaula.
Cada uno esperando algo sin definirlo.

martes, 18 de septiembre de 2012

Oficio de las Musas


En estos tiempos de sueños perdidos
Las musas quedaron cesantes.
Calíope ya no canta,
Ni danza Terpsicore,
Ni acaricia Euterpe con sus manos sublimes.
La inspiración es renegada,
Sorda,
Y peregrina.
Los cantores son insensibles
Al llanto de las codornices
Al canto de las lluvias.
Decidieron quebrar el asombro
Con sus ojos de piedra.

Las musas que desde el Eden
Han sido fuente,
Locura,
Ya no distraen a los cantores.
No porque perdieron la gracia
Si no porque ellos perdieron la razón.

Rubén lloró por Stella
Igual que Neruda por Delia y Alicia
Pero hoy los poetas cambiaron las musas.
La celestial Urania hija de Zeus
 podria declararse muerta.

 

Los gritos de Raquel


Dicen que Raquel lloró por nosotros.
Es como el dolor de ver y sentir algo sin explicación.
Un llanto que ni el que llora lo entiende
Pero nace del dolor.
De la angustia.
La esposa de Jacob lloraba nuestro futuro sufrimiento,
Como una madre llora por su hijo,
que sabe aunque sin certeza,
que sufrirá mas adelante.
¿Por qué lloraba Raquel con tanta amargura?
El dolor era como un código en su llanto
que paralizaba a los que lo oían.
Y lloraron con ella lo que la oyeron.
Aun puede escucharse el llanto de Raquel.
Ramá fue testigo
de un dolor que no tiene nombre.
-Amargura del alma- dicen,
Porque va mas allá de cualquier dolor,
y casi incurable porque algunos
hasta acaban muriendo de tristeza.
Los gritos de Raquel inundaron
el tunel de los tiempos.
¿Cómo iba a borrarse semejante dolor?
¡Benoni! Clamaba
Que quiere decir -hijo del dolor-,
Cualquiera creería que su hijo moría,
Pero no era él,
eran los que nacerían de él.
Lloraba por los marcados por una horrenda muerte espiritual
en el futuro.
Y también ella con sus gritos, como que profetizaba
su marcha de este mundo con el parto.
Definitivamente no era llanto de alegría,
Era llanto de sufrimiento.
Sus gritos cósmicos tocaron la textura de los cielos
e hicieron vibrar de compasión
a los ángeles abandonados.
Y muchos aun los oímos.
Desde el otro lado del mundo,
Desde el otro lado de la historia
Las mujeres lloran con Raquel
Por sus hijos drogadictos,
Por sus hijos alcohólicos,
Por sus hijos enfermos,
Por sus hijos tristes.
Raquel aun llora.
Como un coro  de voces desgarradas se escuchan
Llorar las mujeres del mundo.

 

Sarai


Te has cansado de cientos de tardes,
en que muda
observas palidecer los dias.
Abrumada de quehaceres,
con esa roca a la espalda
que no impide,
que siempre sonriente y amorosa
esperes a tu amado:
-el señor de tu corazon-.
Su llegada alicaída y perezosa
No expresa gozo al mirarte.
Mas su presencia oxigena tus sienes,
Salta tu corazón como una gacela desabrida.
Sus ojos como fosas rojizas y cansadas,
están declarando silenciosos reclamos.

Un abrazo frio es la rutina.
Un vaso de agua fresca a la mesa,
panes,
Cordero asado,
Y amargo silencio.

¡Abram esta noche será distinta!
-basta de reclamar al cielo-,
-basta de quejas-,
-Sarai, ¡dicelo ya!
Aunque el se ria-.
“dice el angel del Señor, que para el proximo
año seremos tres!
Amado mio,
Saquemos vino nuevo,
Hoy es el dia de la promesa.

Simón

Dicen que era de tarde,
Y que regresabas de tu finca,
Bien cansado,
Cuando el destino te puso la cruz
Del Nazareno.
Los soldados ni siquiera te lo pidieron,
Sino que te la engancharon,
sin que acertaras a saber que pasaba,
Ese bendito dia.
La tarde era como una persona triste y llorosa,
Casi parado el viento,
Y el cielo como una oscura cortina
Vestia de luto.
¿con que necesidad tomarias tu la cruz de otro?
La algarabia era total.
Mezcla de agradecimiento,
Reclamo y odio confundian
La atmosfera.
Si no fuera por esa súbita mirada
Que de pronto envolvió
Tu corazon, de seguro hubieras lanzado
La cruz a tierra.
Sus ojos y los tuyos se encontraron
Para fundirse,
en ese instante no importó nada,
¡que cruz ajena! ¡que nada!
Esta cruz la compartimos
Aunque no quieras Señor.